Este texto se ha extraído del fanzine "Okupación: más que 4 paredes".
A pesar de que queramos vivir basándonos en el respeto a lxs demás, apoyándonos en la solidaridad y el apoyo mutuo, en ocasiones surgen inevitablemente conflictos entre compañerxs, roces, tensiones, piques, celos, quemes, enfrentamientos…
Cuando esto ocurra y dependiendo de la situación, hay que tratar de comprender desde la empatía a la otra persona, ya que algunas veces se rompen relaciones de amistad o colectivos debido a malentendidos que pueden solucionarse fácilmente, sólo hace falta escuchar y voluntad de arreglar las cosas.
Sin embargo hay personas que debido a una personalidad más tímida o por no atreverse a plantear y tratar de solucionar los problemas con lxs demás, los oculta, reprime, se droga o despotrica a las espaldas, pero nunca diciendo las cosas a la cara.
También lxs hay que por cobardía buscan el apoyo del grupo para plantear los conflictos de forma colectiva, realizando lo que se conoce como presión de grupo y aprovechando su mayoría de número, machaca a la otra persona que apenas tiene posibilidad de expresarse, defenderse y plantear sus motivos y razones, ya que la situación se convierte en una especie de juicio, que se ha generado de manera premeditada y en el que todo está ya decidido de antemano.
Para que las cosas no estallen y para no llevar las cosas por un cauce injusto, los problemas han de tratarlos lxs implicadxs en la intimidad, sin personas a las que ni le interesa, ni se ven afectadxs por la situación, ni tienen potestad para decidir.
El apoyo mutuo es muy beneficioso, pero utilizar a lxs compañerxs para machacar a aquel/lla compañerx con el/la que tienes problemas, denota cobardía y genera una injusticia que el día de mañana te puede tocar a ti.