Este texto se ha extraído del Nº5 del fanzine "Entre el sueño y la muerte"
Algo fundamental e
imprescindible en todo proyecto político realista que se precie, es
la indefinición absoluta (para que de esta forma pueda entrar el
mayor número de gente posible). Ésta indefinición ha de venir
acompañada de una ambigüedad total, que haga que el discurso
indefinido y ambiguo pueda ser asimilado por cualquier persona
(aunque ella no quiera). Una vez hayamos conseguido indefinir de
forma ambigua nuestro proyecto político y por lo tanto se hayan
asentado los cimientos, ha llegado el momento de ser unxs
buenrrollistas exacerbadxs (excepto con lxs encapuchadxs antisistema,
¡a esxs hay que darles malrrollismo y exclusión!) para atraer a la
masa.
Si todo esto no es suficiente
para absorver (o abducir) al máximo posible de personas, siempre
viene bien introducir un discurso relativista, que como no puede ser
de otra forma (o si), hará que cualquier cosa sea posible (o no). Lo
único que no puede ni debe ser indefinido, ambiguo y/o relativo ha
de ser la defensa incondicional de la no violencia, de forma
moralista, ultraviolenta e incoherente. El problema siempre serán
los partidos mayoritarios, los sindicatos mayoritarios, las
multinacionales y lxs policías malxs, que están corruptxs y han de
ser suplantadxs por partidos minoritarios, sindicatos minoritarios,
pequeñas empresas y policías buenxs.
Si en algún momento tienes dudas de cómo actuar, ¡no te preocupes! Nuestra filosofía es tan amplia que cabe todo, bueno, casi todo...